Siete ideas sobre el sueño infantil.
Hace más de una semana leí un interesantísimo artículo sobre el tema del sueño infantil. Este me ha hecho pensar que todavía muchísimos padres, siendo mal aconsejados por la literatura del siglo pasado, caen en la trampa de querer enseñar a sus hijos lo que ellos ya saben hacer incluso mejor que nosotros (por supuesto, a su modo, que satisfaga sus necesidades, las cuales nosotros, a veces, desconocemos o ignoramos).
1. Nos perjudica la pertenencia a la sociedad occidental
Creo que allí está el tema clave. Muchos funcionamos desde las premisas de la cultura en la que vivimos, ya que, anular lo instintivo nos sale en una forma de automatismo difícil de detectar. Al respecto os dejo esta interesante cita de Anna Freud que he encontrado en una no menos interesante página que trata sobre cuestiones del sueño.
«Mantener un contacto íntimo y cálido con el cuerpo de otra persona mientras se concilia el sueño es una necesidad primigenia y connatural a todo niño… La necesidad biológica del lactante de la presencia constante del adulto que lo cuida ha sido completamente ignorada en la cultura occidental, donde se expone a los bebés a largas horas de soledad, debido a la idea errónea de que es más saludable que los pequeños duerman … solos. »
2. Los bebés necesitan compañía.
Para sentirse seguros los bebés, como hace miles de años, cuando se despiertan lloran para que sus necesidades fueran atendidas. A veces pueden despertarse por hambre, otras por necesidad de afecto, por dolor, por incomodidad, por frio… nos llaman para que les atendamos. Cuando nos sienten cerca, muchas veces no necesitan llorar o no se desvelan de todo.
Y cuando no, como afirman los científicos: “Dos minutos son suficientes para que un bebé de seis meses que está siendo ignorado por su madre incremente sus niveles de cortisol en sangre respondiendo así al estrés que le produce la deprivación materna. Dos minutos en los que aprende que no van a hacerle caso y son suficientes para que en ocasiones posteriores anticipe este aprendizaje y se estrese incluso antes de tiempo.”
3. La lactancia y el sueño son inseparables.
Un bebé cuando mama recibe con la leche materna las substancias que le provocan saciedad y sueño (triptófano o las lactomorfinas). Es una forma natural de prevención contra la obesidad. :)
Más sobre este tema en este artículo.
4. El colecho no significa necesariamente dormir en la misma cama con el bebé.
Existen cunas que se pueden poner al mismo nivel que la cama de los padres. Al niño le da igual. Lo que le importa es la cercanía. Según varios especialistas el colecho ayuda prevenir la muerte súbita y estimula la lactancia materna. Además, permiten a las madres descansar cuando más lo necesitan.
5. «Insomnio infantil por hábitos incorrectos» es lo que provoca la aplicación de métodos conductistas tipo Estivill
Hace unos 20 años el autor del libro «¡Duérmete niño!» y de un método con su nombre, define lo que es un sueño infantil sano por «insomnio infantil por hábitos incorrectos.» provocando que, en consecuencia de aplicación de sus consejos, varios niños sufren este insomnio infantil que se supone que deberían «curar». Lo que pasa es que lo sufren en soledad, sin molestar a sus papás con su llanto.
No he leído el libro, pero tengo entendido, tal como comenta Estivill en alguna entrevista, no es aconsejable aplicar este método a los niños menores de tres años (aun así, a mí personalmente, me parece cruel) por lo tanto, no sirve para los bebés.
Os dejo aquí también el testimonio de una víctima de este método.
6. Existen métodos respetuosos con el bebé a los que los padres que se sienten obligados por no poder descansar ellos, puedan acudir.
Uno de los mejores es el método desarrollado por dr. William Sears, el padre de la crianza con apego.
También interesantes son los métodos de Rosa Jové.
Lo que no os aconsejaría, es el método de Tracy Hogg. Es un método para encajar nuestros hijos en un rígido corsé de rutinas partiendo aparentemente de lo que es el ritmo del bebé. ¿Acaso nosotros no cambiamos nuestros ritmos y rutinas por diferentes circunstancias???
Aquí tenéis varios artículos sobre el tema del sueño infantil.
7. No van a dormir con nosotros hasta los 30.
Necesitan años para que su sueño sea como el de los adultos
Según este artículo,
“Hasta los 7 meses el sueño del bebé está en construcción. A partir de los 8 meses entrará en una etapa de maduración y no será hasta los 6 años que se parecerá definitivamente al sueño del adulto.”
Quiere decir, necesitan tiempo, pero cuando se sentirán preparados para dar este paso irán encantados a su propia cama. Lo harán desde confianza de que sus necesidades están satisfechos, de que se les escucha y respeta y que no se les empuja cuando todavía no tienen herramientas para dar este paso.
Qué vuestros hijos tengan siempre dulces sueños!
Eva Chacón
Agnieszka, con este artículo sin duda tocas un tema especialmente sensible en todos los hogares. En realidad, siguiendo el dictado del corazón no haría falta tanta literatura, pero la presión sociocultural es tan fuerte que muchísimas familias acaban intentando inculcar a sus bebés hábitos para los que están absolutamente inmaduros, entre los que se encuentra el de irse a la cuna a dormir solos. ¿Por qué no aceptar que tu hijo forma parte de tu vida, con todas sus consecuencias? ¿Por qué no adaptarnos también a su biorritmo natural, mientras él va poco a poco asimilando los ritmos artificiales de la sociedad de la que forma parte?
De los enlaces que facilitas, me ha sorprendido sobremanera el de la página «La ciencia del sueño».
Me ha encantado este párrafo: «Se hace así evidente que no estamos ante una patología infantil de insomnio, sino ante un desajuste entre lo que el niño desea y necesita por instinto y lo que sus padres esperan que haga para dormir bien: un desajuste en el sueño familiar. Por eso opinamos que el término insomnio infantil por hábitos incorrectos es inadecuado y no sirve para definir lo que realmente está ocurriendo, ya que coloca en el origen y centro del problema al niño, cuando en realidad este origen está en los propios padres y sus expectativas, las cuales están determinadas por la cultura en la que viven, y que en este caso no se ajustan a lo que el niño tiene «programado» por instinto.»
Efectivamente, nacemos sabiendo dormir, no necesitamos que nadie nos lo enseñe. Lo que no nacemos sabiendo es que hay que dormir de 21:00 a 8:00 y de 13:00 a 15:00. ¿Es necesario que suframos para aprender un horario artificial? Por nuestra parte, no hemos abierto las puertas de este mundo a nuestro hijo para hacerlo sufrir…
Agnieszka Stepien
Totalmente cierto, Eva. Por desgracia desde primer momento de su vida un bebé entra en choque entre lo que es y son sus necesidades y lo que la sociedad espera de el. Una cría humana recién nacida sólo sabe llorar y dormir. somos nosotros que traemos las normas , las expectativas, las costumbres. De nuestra flexibilidad y capacidad de entrega depende su bienestar. A mí personalmente me ha servido para aprender a relativizar las cosas. Muchas no tienen tanta importancia que la que les damos ‘por defecto’. Si un bebé esta sano, ¿qué importancia tiene a qué hora se acuesta?
Pingback: Mama Nido | Autorregulación versus conductismo
Pingback: Mama Nido | Desmontando a Estivill, por Ibone Olza