Viviendo entre ondas: ciudad wi-fi.

En esta entrada me gustaría poner sobre la mesa una cuestión sobre la que tengo muchas dudas. Más que para aportar información, la escribo para pediros vuestro criterio al respecto.

El caso es que en mi casa y estudio de arquitectura estamos continuamente en un ambiente wi-fi. Alternamos el uso de ordenadores tipo consola con portátiles, tablets, smart tv, teléfonos móviles… Y no solo eso. Vivimos en un edificio de viviendas y estamos rodeados de redes de otros vecinos. Ahora mismo detecto siete desde este rincón de la casa, pero si me voy desplazando por el edificio, o por nuestra calle, la plaza cercana… continuamente van apareciendo nuevas redes. Es algo que para mi siempre ha tenido una connotación positiva, creyendo que de alguna manera nos acercábamos a una hermosa utopía: vivir en una ground attached net, en una sentient city, un espacio de conocimiento abierto y con alta conectividad entre sus ciudadanos.

Por otro lado, tanto Marina como Camilo acuden todos los días a centros educativos que disponen de redes wi-fi -es una moda que acaba de llegar cuando resulta que en Inglaterra, Francia y Suecia ya está de retirada. Es evidente que en nuestro ecosistema urbano vivimos en atmósfera wifi 24h/día. ¿Es esto perjudicial para nuestra salud? ¿Es perjudicial para el desarrollo cerebral de los niños? Si es así, ¿qué podemos hacer? ¿Huimos de las ciudades?

En este artículo publicado en La Vanguardia, se referencian a un informe de la OMS que clasifica la radiofrecuencia EMF (RF) asociada al uso de teléfonos móviles como posible cancinógeno para los humanos (Grupo 2B), recomendando tomar las siguientes medidas de prevención:

  • Alejar el teléfono de la cabeza, hablar con el manos libres o mandar mensajes de texto contribuye a minimizar la exposición a las radiaciones.
  • Colocar el punto de acceso wi-fi por lo menos a un metro de lugares donde las personas suelen permanecer por más tiempo, como camas, mesas, sofás o zonas de juegos.
  • La transferencia de grandes archivos de datos o streaming multimedia sólo debe realizarse cuando la conexión establecida entre el dispositivo portátil y el punto de acceso en una habitación es de buena calidad para evitar retransmisiones, que conducen a los ciclos de trabajo más altos y las exposiciones más altas.
  • Es aconsejable que los consumidores adopten el uso de equipos terminales que implementan protocolos de telecomunicaciones con control de potencia. Cuando estos están disponibles, por ejemplo, ECO DECT en lugar de DECT.
  • En los lugares donde se usa una conexión Wi-Fi con frecuencia la cobertura debe ser lo suficientemente buena.
  • Los puntos de acceso deben estar apagados cuando no estén en uso, porque, incluso cuando no se utiliza la conexión wi-fi, el aparato envía señales de baliza sobre cada 102 metros.
  • En espacios públicos es preferible instalar una sola red Wi-fi que de cobertura a todos los equipos o volver al antiguo sistema de internet por cable.

Todas estas recomendaciones plantean a su vez múltiples dudas: ¿Es seguro que si permanecemos a 1 m de distancia de las fuentes nuestra salud no se ve perjudicada? Entonces… ¿por qué lo de apagar el router por la noche?

¿Y vosotros? ¿Qué criterio habéis adoptado?

4 Comments

  1. Reply

    Todo un tema que a nosotros también nos preocupa y por eso -entre otros tantos motivos-, preferimos vivir en el campo, aunque tampoco sea garantía de nada, porque en todos los hogares tenemos la tecnología suficiente como para emitir ondas perjudiciales, pero al menos en menor cantidad que en las ciudades. Al hilo de esto comparto el post de hoy de ECOPORTAL, viene como anillo al dedo: «CÓMO REDUCIR LOS CAMPOS ELECTROMAGNÉTICOS EN EL HOGAR» >> http://www.ecoportal.net/Temas_Especiales/Habitat_Urbano/Como_reducir_los_campos_electromagneticos_en_el_hogar

  2. Reply

    Ciertamente es un tema del que yo también me informé en su día pero no supe a qué atenerme. ¿Estamos dispuestas a prescindir de nuestros aparatos tecnológicos? Porque si no queremos exponernos a campos electromagnéticos en muchas ocasiones pasa por eso.
    Creo que se podría empezar por cuidar el sitio donde se duerme: fuera móviles en el dormitorio, fuera despertadores conectados a la red eléctrica, medir la frecuencia de campos electromagnéticos en el cabecero de la cama (en el mercado venden unos aparatitos que te lo miden). Incluso a la hora de proyectar las redes eléctricas de la vivienda se puede minimizar los campos electromagnéticos en puntos delicados, pero claro esto es ya algo complicado de poner en práctica…

  3. Reply

    Fiorella, me ha interesado mucho tu referencia! Vosotros tomáis estas precauciones?
    Amaya, está claro que desde la configuración de espacios y red eléctrica puede mejorarse algunos de estos aspectos, lo estoy teniendo en cuenta ahora mismo en un proyecto del estudio!
    Habrá que volver al reloj-despertador de toda la vida… tic tac tic tac… :D

  4. Reply

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