¿Qué tendrá mamá?
Hubo una época en la que me preocupaba que mi hijo me demandara mucho más que a cualquier otra persona, incluso siendo un referente de apego como son su padre y su abuela. Conmigo llora más, reclama más, demanda más, se enfada más y acepta menos cosas (como el ir sentado en la silleta)…..incluso llegué a pensar que dada la educación con apego que le tratamos de inculcar, tratando de escucharle y atendiendo a sus reclamaciones, se cumplía una de esas tan poco afortunadas observaciones de que “te está cogiendo la sobaquera” o aquella frase tan doliente de “vaya, con lo bien que estaba el niño hasta que has venido”.
Hoy hablándolo con otras madres he vuelto a pensar sobre este tema. Es bastante frecuente que los niños reaccionen de distinta manera si está la madre a si no. Quiero pensar que es algo así como que con nosotras tienen más “confianza”. ¿Acaso cuando necesitamos de un hombro sobre el que llorar, lloramos sobre el del primero que pasa? Efectivamente somos emocionalmente más sinceros y transparentes con aquellas personas con las que nos sentimos cómodas, que saben escuchar y que saben acoger con cariño y respeto ¿por qué el niño no lo iba a sentir igual?
Si solo se duerme en nuestros brazos y reclama con mucha más firmeza con nosotras, tratemos de escuchar y de confiar en su propia autorregulación. Las madres somos el sustento y referente emocional, o “autoridad interna”, tal y como lo define el psicoanálisis, es por lo tanto una grandísima responsabilidad ser su modelo emocional y no sentir sus reclamos, necesidades y peticiones como una lucha entre dos bandos sino como una oportunidad para demostrarles que les queremos y que atendemos sus necesidades.
Me encantaría que compartiéramos esta experiencia ¿sientes que tu hijo te reclama ,solicita y demanda mucho más a ti como madre que con cualquier otra persona?
Agnieszka Stepien
Totalmente de acuerdo con lo que plateas. Las expresiones tipo «tiene mamitis » o «está enmadrado» quizás han creado personas que sentían cierta envidia por el vinculo tan especial que tiene el niño con su madre o, por lo menos, no se plantearon que un niño satisface su necesidad de apego con la persona con la que más confianza tiene.
Es algo totalmente natural, sano y raro sería que pasara lo contrario.
A veces, se nos olvida que somos tan tan tan importantes en la vida de esta pequeña personita que nos pide apoyo, afecto, seguridad, confianza…
A veces nos cuesta vivírlo como un privilegio.
paula
Mi hijo Lois se enfada mucho, y pega y llama malo o mala sin motivo…a todos menos a mi, su madre.
Hace un par de semanas estuvo enfermo, de virus estomacal y me contagió a mi…no podía cuidarlo, no podía ni moverme de lo mal que me encontraba! Pues ahí se acabaró mi privilegiada situación de «intocable»…no veais lo que se enfadó conmigo, no me quería ni ver!!
Se le pasó en un par de días, pero aún se acuerda…ayer mismo me preguntó…»mami, por qué aquel día non me coidabas?»…en fin…privilegio y responsabilidad…y mucho orgullo de ser su favorita!! ;)
Eva Chacón
Qué bonito, Amaya, que hayas encontrado palabras para describir una experiencia tan íntima y a la vez tan universal. Vivámosla a tope porque nuestros hijos crecen a velocidad de vértigo y este vínculo de apego no para de evolucionar. Paula y Agnieszca lo han definido perfectamente: es un privilegio. Y me atrevo a ir más lejos: una bendición.
Eva Chacón
Perdona Agni! Se me ha ido la c… con lo bonito que es tu nombre con k!
Agnieszka Stepien
:)