«Papá, ayúdame a mirar». La función del padre.

ayudame a mirar. funcion del padre

Foto: trapecistadecordon.blogspot.com.es

 

…»Cuando el niño y su padre alcanzaron por fin aquellas cumbres de arena (…) la mar estallo ante sus ojos. Y fue tanta la inmensidad, que el niño quedo mudo de hermosura. Y cuando por fin consiguió hablar, temblando, tartamudeando, pidió a su padre: ¡Ayúdame a mirar!».

E. Galeano

 

 

 

 

Cuando nace un niño se da un cambio muy importante en la estructura familiar. Después de los nueve meses de espera y preparación del nido familiar y todo un largo tiempo de felicidad en pareja precedente al embarazo, las piezas de este maravilloso puzzle que es familia, necesitan ser recolocadas de nuevo.

La unión tan fuerte que tenía el bebé con la madre estando en el vientre materno necesita ser respetada como parte del continuum y, en consecuencia, la figura del padre en la primera etapa de esta nueva vida familiar queda en un segundo plano. La madre amamanta durante horas y horas de día y de noche y al padre no le queda otra tarea que apoyar este ser doble en su nuevo formato.

Diréis, vivimos en siglo XXI, con la igualdad bien instaurada, con las bajas de paternidad (aunque no todos las tienen), biberones, sacaleches y mantitas que se deja en la cuna que huelen a mamá cuando mamá no está. Todo esto es cierto y es cierto también que un padre puede hacer perfectamente de la primera figura de apego para un bebé, pero muchos autores, Laura Gutman entre ellos, afirman que no es lo mismo. A un ser recientemente venido a este mundo, que durante nueve meses conocía solo a su mamá, oyendo el sonido de su corazón y su voz, percibiendo su forma de moverse, a él le da igual nuestra sociedad que pretende ser equitativa. Es su mamá la que le da seguridad, la que le calma, la que le nutre de la mejor forma.

Por todo esto, es un gran merito ser papá. Ser papá es buscar formas de calmar al bebé sin este fácil truco que tenemos mamás de darle la teta. Ser papá es aprender a no hacer cuando lo conocido de toda la vida ha sido estar haciendo. Ser papá es aguantar los humores de la mamá alterados por las hormonas. Ser papá es aceptar que este mágico vinculo que une a la madre con el bebé a menudo deja en segundo plano la figura del padre. Como nos contó papá de Bruno hace unos meses,

“Hay que aprender que el protagonista de la fiesta no eres tú; lo son el bebé y la mamá. Tu papel es importante, pero no eres el actor principal. Habrá momentos duros en los que, tanto antes como después del parto, quedarás relegado a una especie de anonimato, que, en ocasiones puede resultar tan incómodo como necesario.”

Qué merito, los papás! Encontrarse en este nuevo contexto desde luego no tiene que ser nada fácil.

¿Y qué se puede hacer para mejorar esta situación? Pilar Seminario nos aconseja buscar unos espacios o unas actividades para permitir al padre desarrollar el vinculo con el recién nacido ya que todos sabemos que toda la relación necesita un contexto espacio-temporal. El baño nocturno o un paseito de la tarde pueden ser buenas ocasiones para crear el vinculo entre papá y el bebé. Para que esto se pueda dar, es necesaria la colaboración de la madre, que en ocasiones puede tener dificultad por delegar. Muchas,como comenta Pilar, piden que se les eche una mano, pero “como yo quiero”. Si las madres no sabemos retirarnos en los momentos en los que el niño está bien y puede estar con su padre, les iremos empobreciendo el lazo tan bonito que necesitan construir entre ellos.

Por otro lado, y relacionado con lo anterior, es de suma importancia el tema de la comunicación en pareja. Poder hablar sobre cómo nos sentimos permitirá comprensión y empatía que a menudo nos faltan en los momentos de rutina y cansancio.

Cuando el niño tiene 2-3 años la función del padre cambia entrando las cuestiones relacionadas con la socialización del niño. A esta edad queda atrás la fusión que hasta este tiempo ha vivido el bebé con su madre. El niño necesita salir al mundo pero de la mano de alguien que este mundo le quiera enseñar. Y aunque todavía, cuando se cae o tiene una pesadilla, llama a mamá, el padre, en términos lacanianos, es para él sinónimo de todo lo que la madre no es. A través de su figura el niño aprende que él no es la madre experimentando miles de fascinaciones y frustraciones que esto conlleva.
Nosotros, como familia, justo estamos entrando en esta etapa; así que, probablemente, es un tema que aparecerá en los futuros posts.

Para acabar, me gustaría subrayar lo importante que para mi, como mamá, ha sido el total apoyo de mi pareja, su respeto y su presencia, a veces silenciosa, a veces invisible… , desde allí lo dábamos los dos.

4 Comments

  1. Reply

    Me encantá este post, porque EDUCA, enseña, transmite, ayuda a entrar en los nuevos roles que la maternidad supone. Yo misma he escrito algo referido a la paternidad en mi post Carta de una mamá primeriza a su esposo (http://amordelamadre.blogspot.com.ar/2014/04/carta-de-una-mama-primeriza-su-esposo.html) y en Carta a una pareja que espera a su bebé (http://amordelamadre.blogspot.com.ar/2014/04/carta-una-pareja-que-espera-su-bebe.html).

    Me enamoré de tu blog por el logo, por la cruda, realista y hermosa imágen del vientre de una madre, y ahora también por los contenidos que leo en él.

    Por eso voy a seguirte y por eso te nominé para el LIEBSTER AWARD.

    Clickeá aquí para seguir con el concurso: http://amordelamadre.blogspot.com.ar/2014/05/maternidad-consciente-blog-ganador-premio-liebster-award.html

    Un abrazo!

  2. Reply

    Muchísimas gracias Monica por tus generosas palabras sobre nuestro blog y por nominarnos con este fantástico premio. Un gusto formar parte de la red que se crea de esta forma.
    A su vez, enhorabuena por tu blog. Nos parecen muy interesantes los posts que nos recomiendas.
    Un abrazo de parte de todas mamás-nido.

  3. Reply

    Resalto esta frase, porque me ha impresionado mucho:

    “Hay que aprender que el protagonista de la fiesta no eres tú; lo son el bebé y la mamá. Tu papel es importante, pero no eres el actor principal. Habrá momentos duros en los que, tanto antes como después del parto, quedarás relegado a una especie de anonimato, que, en ocasiones puede resultar tan incómodo como necesario.”

    Qué lucidez y humildad hay que tener para decir (y/o practicar) estas palabras. Gracias L.

    En un mundo en el que en un grupo de amigos, los graciosos, los líderes, los activos, los que más lejos llegan, los que deciden dónde se acampa, los que dan las noticias, etc… son casi siempre chicos, el momento de la pa-maternidad los relega a un precioso lugar de vigilancia en el que la acción ha de pasar a la contención, su voz ya no se oye tan fuerte.

    Es fácil comprender el desconcierto y la ausencia de rol que seguir. Por ello, y por muchas cosas más, gracias a nuestros compañeros de viaje. El camino es a veces desconcertante, pero recorrerlo merece la pena.

    • Reply

      Totalmente de acuerdo Marta. La sociedad nos intenta llevar ( y lo hace desde hace siglos) en la dirección en la que es acción y no la no-acción la que debe practicar la figura paterna en cualquier momento. Por suerte hay cada vez más padres que no se reconocen en este estereotipo. Por suerte para los niños, para las madres y también para ellos mismos ya que, todos nos perdemos algo cuando un padre adopta este modelo. Para mi estos padres conscientes son héroes de nuestros tiempos. A las mujeres nos perjudican otros estereotipos relacionados con nuestra maternidad, con los que nos toca luchar. A veces lo conseguimos, a veces no es tan fácil hacerlo, pero siempre merece la pena intentarlo.

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