La señorita de Bruno.

  bruno 18.06.2014 -2

Hoy me voy a permitir volver a colarme entre estas geniales mamás nido y me gustaría contaros la experiencia que hemos tenido en el jardín de infancia de Bruno. Ojalá os guste mi relato, escrito más desde el corazón que desde la cabeza, que quizás pueda ayudar a otros papás y mamás que se estén planteando si llevar o no a su pequeñ@ a la guardería.

 

 

Sin duda alguna, la educación de nuestr@s hij@s es uno de los temas fundamentales que te planteas cuando eres padre/madre. En nuestro caso, en un principio, queríamos esperar hasta que tuviera casi tres añitos para ir al cole. Entre tanto, nos dimos cuenta que una amiga de la Liga de la Leche de la mamá de Bruno, Agnieszka, era profe en un colegio, Santana, que, por casualidad, estaba enfrente de nuestra casa. Además era la señorita del ciclo de jardín de infancia; así que, guiados por la intuición de que, siendo tan maja y atenta, lo haría bien con los pequeñ@s, decidimos llevar a Bruno a la guardería cuando justo había cumplido los dos años.

 

Con esa edad, él ya se manejaba muy bien con otros niños, era muy social; pero estaba, lógicamente, muy acostumbrado a nosotros, por lo que no dejaba de ser una incógnita ver cómo se iba a adaptar.

Al principio, nos propusieron un periodo de adaptación de dos semanas, en los que el niño iría menos tiempo a clase. Pronto vimos que el “problema” no era si estaba dos o tres horas sino el desapego inicial con quien le llevaba, en este caso yo, su padre.

Nos pareció lógico que me quedase un ratito cuando lo llevaba para que, poco a poco, con la tranquilidad de que estaba yo allá, él pudiera ir soltándose y poder interactuar con otros niños. El tiempo que le llevaba quedarse tranquilo, eran unos veinte minutos. Curiosamente, esto que a nosotros nos parecía lo más normal, otros padres no lo hacían (salvo otro papá) y era la Señorita Puy quien, por su generosidad y empatía, me lo permitía. Al tiempo, llegó un punto en el que desde arriba me tiraron de las orejas por lo que hacía y tuvimos que sentarnos con la directora a explicarle la situación. Por suerte, es una persona comprensiva y el propio colegio está intentando entrar en una dinámica que apuesta por las 7 inteligencias con el colegio Monserrat como referencia, lo cual nos permitió seguir con mi rutina matutina, hasta que nuestro hijo dejó de necesitarlo.

 

En este casi medio año de poder estar todos esos ratitos con Bruno en clase, he aprendido mucho. He visto a dos profesoras, Puy y Patri, que se desviven por sus niñ@s, que los tratan con el mismo cariño que unas madres, he visto mucho amor en sus brazos, he visto mucho respeto en sus miradas y palabras. Tratan a los niños con dulzura y les hacen sentir parte de un grupo, les enseñan a compartir, a aprender jugando, a pedir perdón; en fin, a ser personitas.

Lo he visto en vivo y en directo y, a la vez, he podido jugar e interactuar con todos esos niñ@s que son una maravilla. Llevar a Bruno al cole, se ha convertido para mi en el mejor momento del día; nos ha hecho tener un ratito para nosotros, y poder estrechar nuestra relación, solo con tiempo para ellos es posible establecer el vínculo. Aun así, la mamá sigue siendo la mamá, lo cual me parece fantástico; pero el papá, gracias a cositas como esta, cada vez es más presente para él; lo cual, lógicamente, me llega de alegría y orgullo.

 

Como veis, hemos tenido mucha suerte, al final está genial que sistemas como Waldorf o Montessori, estén cada vez más presentes, pues, en general, la educación que hoy tenemos deja mucho que desear. Mucho ha escrito gente como Claudio Naranjo sobre el tema y hay mucha tarea por hacer. Pero, desde nuestra experiencia, también en una educción más tradicional hay espacio para la esperanza; estas profes nos lo han demostrado. Estamos seguros de que Bruno no hubiera estado estado mejor en otro sitio, por muy alternativo y actual  que fuera. Al final, por suerte, las personas, están, estamos, por encima de los sistemas y es lo que llevamos dentro, la capacidad de manifestar nuestro yo real más allá de nuestros egos, lo que nos hace importantes e imprescindibles.

 

Así, quería compartir mi experiencia, pues, además, de ser muy satisfactoria, nos ayuda a seguir creyendo que hay esperanza para un mundo mejor. Estos niñ@s son, en parte gracias a Puy y Patri, potenciales ciudadanos responsables y amorosos de un mundo que los necesita más que nunca.

Mil gracias para las dos.

4 Comments

  1. Reply

    La verdad que estamos afortunados de que Bruno al principio de su experiencia escolar ha encontrado unas personas tan valiosas, amorosas y respetuosas. Nos daría muchísima tranquilidad saber que el resto de las maestras y maestros sean así. Aunque en el mundo de la educación esta muchísima gente muy valiosa, probablemente no será así, ya que estas dos maestras han puesto un listón muy alto. Pero no lo hicieron, como mayoría de los educadores que hemos encontrado nosotros en nuestro camino, desde la exigencia, sino desde el cariño , la cercanía y calidez humana. Qué suerte tenemos, Puy y Patri de que estáis allí. Gracias de todo corazón.

  2. Reply

    Deseo que un pajarito les diga a estas dos profes que entren en la web de mamanido, y lean el último post: no creo que haya más refuerzo positivo (para ellas!) que leer estas palabras.

    El agradecimiento es una de las más nobles opciones/acciones del ser humano. Y un agradecimiento público refleja tambien lo maravillosos que sois vosotros. Qué gran equipo habéis debido formar: Bruno, las profes y vosotros.

    Y qué suerte Bruno, disfrutar primero de esos 20 minutos diarios de «papáenexclusiva», y después unas horitas con sus profes y acompañantes tan amorosas.

  3. Reply

    gracias lorenzo por este post!!!! aclara muchas dudas que aun tenemos todas las mamis a la hora de empezar la educación de nuestros babys fuera de nuestro regazo… no me podeis prestar esas profes tan maravillosas para que se vengan al sur?? … ;) el otro dia hablaba con otra mami que casualmente es profesora tambien… y se tiene que incorporar a trabajar en septiembre, y me decía que ha visitado todas las guarderías de la ciudad y que… a todas les pone pegas!!!… supongo que somos muy exigentes con el lugar a donde van nuestros niños… asi que poder comprobarlo disfrutarlo por uno mismo es todo un lujo!!! enhorabuena super papis!!! que suerte tiene bruno!

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