Súper-abuelas y el Síndrome de la Abuela Esclava

Llevo un tiempo dándole vueltas a la importancia de los vínculos familiares y en especial a la profundidad de los lazos emocionales que establecemos desde pequeños con nuestras abuelas y abuelos. Quienes hayamos podido disfrutar de tenerlos presentes en nuestras vidas -y por largo tiempo- debemos sentirnos agradecidos y privilegiados.

En nuestra sociedad el rol fundamental que desempeñan los abuelos y especialmente las abuelas es el de cuidadores incondicionales de los nietos: aportan amor, entendimiento, educación y juego, se convierten en nuestros primeros amigos adultos ¡y los más divertidos por cierto!

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Hasta aquí todo es hermoso, un cuento de hadas.

Pero… ¿sabías que existe científicamente el ‘Síndrome de la Abuela Esclava’?

Las mujeres en la abuelidad y tal como sucede con la maternidad, por ‘naturaleza’ –o por las presiones que ejerce nuestra sociedad- deberían sin excepción convertirse en las personas más cariñosas y amorosas del mundo mundial, exigiéndoles nuevamente una entrega y disposición incondicional al cuidado de sus nietos.

Este vínculo amoroso tan potente en la mayoría de los casos claro que es real, porque nace desde lo más profundo del corazón  junto con la tendencia de las abuelas a asumir –casi sin cuestionarse- el cuidado de los nietos. Pero, lo que muchas abuelas y nosotras mismas no somos conscientes es de la sobrecarga que estos cuidados pueden suponer para su propia salud, sobre todo en aquellos casos en que el cuidado de los niños se vuelve en una tarea cotidiana de responsabilidad.

Existen reveladores estudios sobre el ‘Síndrome de la Abuela Esclava’ que nos habla de la gravedad de los desequilibrios somáticos y psíquicos que puede suponer una sobrecarga física y emocional en las mujeres maduras con nietos a su cargo.

Pero lo más importante es que nos explica que una de las grandes dificultades es el poder diagnosticar a las ‘súper-abuelas’ porque en primer lugar son ellas mismas quienes ignoran, niegan o evaden su situación de estrés, delegando el malestar a otros motivos que nada tienen que ver. Y por otra parte, los estudios evidencian que las familias suelen mantenerse ajenas a la situación, pensando que la abuela ‘está chocheando’ y por eso está ‘desequilibrada’, etc.

El ‘Síndrome de la Abuela Esclava’ está reconocido por la Organización Mundial de la Salud como malos tratos a la mujer.

¡A estar atentos y cuidar mucho a las súper-abuelas!

PD: Hoy 19 de junio se celebra el día de los abuelos en mi país, Uruguay. Dedico este post a todos las súper-abuelas y abuelos, especialmente a los míos y a mis propios padres que ahora son maravillosos abuelos de Juana (mi sobrina) y Malena (mi hija). Y a los BIS!! La foto es de Malena con su BISABUELA Aurelia, qué orgullo me da :)

7 Comments

  1. Reply

    Qué importante el tema que has traído, Fiore. Los humanos somos única especie del mundo que tiene este lazo, donde los abuelos reconocen a sus nietos y hay expertos que opinan que sin ello podríamos no sobrevivir como especie.
    Pero esta generosidad de l@s abuel@s , como comentas, se merece mucho respeto. De amor a la esclavitud, a veces hay una línea muy fina, más aun si se trata de un género que desde la primera infancia esta aprendiendo la importancia de servir a los demás. Es comprensible que las abuelas tengan necesidad de ayudar en la crianza de sus nietos pero no aceptable que, con ello, pierdan su salud.

  2. Reply

    Dos cosas me han impresionado mucho: la foto maravillosa y la frase de que la OMS lo considera malos tratos contra la mujer.
    Yo he tirado bastante de las abuelas, sobre todo con mi hijo mayor… puede que demasiado…
    Gracias por el bonito final: cuidemos a las abuelas. Me apunto a ello, incluso varios años despues.

  3. Reply

    Agnieszka es así como tu dices. En el caso de las abuelas contemporáneas -o nuevas generaciones de abuelas digamos- muchas cosas han cambiado en el contexto general de la época en la que vivimos y algunas de ellas en particular tienen que ver implícitamente con la mujer. A nuestras mamás que les ha tocado asumir su abuelidad en el siglo XXI se añaden otros componentes –algunos facilitadores y otros no tanto- que tal vez no tuvieron sus abuelas o las nuestras, pero que, en cualquiera de los casos lo que no ha cambiado es el rol de la mujer como responsable de los cuidados de la familia. Las mujeres han sido educadas para responsabilizarse del hogar y obedecer sin cuestionarse, sin saber reconocer y poner sus propios límites ante el estrés y el agotamiento que supone el sentirse desbordada, como decíamos ‘física y emocionalmente’ por algo tan delicado como lo son las tensiones familiares.
    Si bien existe un importante grado de satisfacción y disfrute de las abuelas que se implican en la crianza de l@s niet@s hay que estar bien atentas porque como dices ‘del amor a la esclavitud, a veces la línea es muy fina’… creo que podríamos visualizar esa frontera como la pérdida de la libertad. Antonio Guijarro Morales médico y profesor de la Universidad de Granada es autor del libro EL SINDROME DE LA ABUELA ESCLAVA: PANDEMIA DEL SIGLO XXI, y así como lo explica en el título lo considera una ‘pandemia’ para la mujeres de nuestro siglo.

  4. Reply

    Hola Marta!
    Gracias por el comentario de la foto. Aurelia es la abuela de mi marido y la quiero tantísimo como si fuera la mía, una mujer encantadora, compañera, divertida y verdaderamente admirable. Ella tuvo a sus padres enfermos por muchos años, 5 hijos, 10 nietos y los cuidó a todos (¡y ahora ya tiene 4 bisnietos!). En épocas de posguerra, dictaduras, pañales de tela y planchas de hierro. En su casa cocinó, lavó, limpió, planchó, cosió, bordó, etc. etc… para al menos 10 personas cada día por varias décadas de su vida ¡madre-mía-del-amor-hermoso!
    Ahora cada domingo nos seguimos juntando toda la familia a comer en su casa, somos unas 20 personas –a veces bastante más- pero, desde hace años la hemos ‘liberado’ de la cocina y de la responsabilidad de tener que ‘atendernos’. Nosotros mismos llevamos la comida, postre, etc. y nos encargamos del gran despliegue de poner la mesa y recogerlo todo. Este es un sencillo ejemplo de cómo podemos realizar las mismas actividades familiares pero delegando y equilibrando cargas.
    ¡La clave está en tener abuelas felices! Ofrecerles todas las posibilidades de disfrute familiares sin que supongan responsabilidades ‘sistémicas’, que ellas asumen y nosotros permitimos sin darnos cuenta.

  5. Reply

    Importante tema el que pones sobre el tablero, Fiore. Como casi todo en la vida, en el equilibrio está lo correcto; eso sí, encontrarlo no es fácil!!. Al igual que habla marta, en su último post, del tema respeto para el niño cuando no quiere estar todo el día dando besos, hay que respetar mucho a los super-abuelos, para que no hagan más de lo que quieren o pueden. Si se busca el punto medio, esos ratos entre abuelos y nietos serán un tesoro. Yo guardo gran recuerdo de mis abuelos y en parte es por eso, porque no tenían carga, porque el rato que pasaban conmigo era porque lo querían realmente. De hecho, cuando un niño es pequeño puede aprender mucho de ese tan necesario amor incondicional que l@s abues@s tan bien saben dar. Ahora, es a nuestro Bruno a quien le toca disfrutar a diaro de sus abus de Estella y en verano de sus abus polacos! Felicidades por es post!

  6. Reply

    Aquí el día de los Abuelos se celebra mañana, que es San Joaquín y Santa Ana. El problema que yo tengo con mi madre es que, si le digo que no haga algo (como lavarme la ropa del niño o planchármela) se indigna conmigo, así que tengo que intentar no sobrecargarla de trabajo, pero sin que se dé demasiada cuenta.

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