cuidarse por dentro y por fuera

 

Estar embarazada es un estado de la mujer único y muy especial. Los cambios físicos que comienzas a experimentar son muy evidentes… desde los tradicionales antojos, náuseas, apetito, engordar, la super barriguita… Está claro que el cuidado físico es fundamental, tu cuerpo está trabajando para fabricar una personita y tú tienes que ser el mejor horno del mundo para que todo sea perfecto… Para ello, vas al médico, te hacen análisis de sangre, la matrona te revisa mensualmente, tienes clases de preparación al parto, revisiones del ginecólogo, pruebas del azúcar, te ponen a dieta etc… si eres un poco inquieta también te lees todos los libros posibles y te apuntas a clases para ir preparando tu cuerpo para lo que sea… todo el mundo cuida de tí… eso es de lo más gratificante, nadie te deja coger peso, te preguntan dónde quieres ir a comer, como te encuentras, qué tal el lumbago o la ciática… yo hice una mudanza embarazada de 37 semanas, y claro me dediqué a dirigir al personal porque nadie me dejó hacer nada… si tienes que mudarte aprovecha si estas embarazada que te libras de mover cajas ;)

El caso es que tanta preparación por fuera puede hacerte olvidar que te prepares también por dentro. Tuve la suerte de toparme con unas clases de gimnasia para embarazadas un poco especiales que me ayudaron a pensar además de a ejercitar. Fui allí porque quería prepararme físicamente, quería estar en forma, pero descubrí que había que trabajar también lo que estaba ocurriendo en mi interior. Antes de empezar estas clases, vivía con mi ritmo de siempre, trabajando a tope y por el camino de vez en cuando recordaba que estaba embarazada. Cuando me miraba al espejo, intentaba imaginar que estaba ocurriendo dentro… pero enseguida me venían otros pensamientos de mi día a día ajetreado tipo «tengo que poner una lavadora»…

Pero entonces empecé mis clases, y encontré un trocito de lo que hoy en día es parte de mi «tribu», otras mamás con las mismas inquietudes que yo y otras profesionales matronas y psicólogas encantadas de cuidarnos y ayudarnos a descubrir lo que estaba por venir. Me llevé una gran sorpresa, porque descubrí que prepararse para ser mamá es un ejercicio muy importante interior, y aprendí a establecer una relación de vínculo con mi bebé antes de que naciera. Por primera vez conseguí visualizarlo, porque nos parábamos, nos relajábamos, apagábamos la luz, y dejábamos de pensar en otras cosas… imaginábamos como era su cara, qué cosas le hacían reír, que pensamientos nos transmitían, le sentíamos cuando bailábamos, cuando se movía, hablaba con él… En otra ocasión fingimos ser un bebé dentro del útero, para aprender a sentir lo que él sentía… aún recuerdo la sensación de paz, de sentirme cuidada y acompañada por el resto de mamás que me acariciaban mientras  tumbada me arropaba un vientre maravilloso.

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Por supuesto también trabajábamos la parte física e incluso la preparación al parto. Además aprendí tanto que en cuanto tuve ocasión y tiempo me apunté también a yoga para embarazadas. Ejercitar la mente para soportar el dolor, y tener una actitud positiva ante ese momento también es un ejercicio muy importante. Mucho entrenamiento y una «despedida» muy especial con buenos deseos de otras mujeres cuando te quedan pocas semanas de embarazo hicieron que viviera el parto como un momento muy especial y emocionante. (supongo que también la madre naturaleza ha hecho que se olviden los momentos negativos… para que repitamos claro… )

 

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 imágenes de la despedida junto con otras mamis.

Si a todo este nuevo conocimiento le añadimos el compartirlo con otras mamis, y el estar acompañada de las mejores profesionales, se convierte en una experiencia inolvidable que recomendaría a cualquier futura mamá.

Lo cuento así porque yo lo encontré de casualidad, nadie me dijo en ninguna revisión médica que además del cuerpo, la mente también tiene nueve meses para prepararse para el nacimiento del bebé. Si estás con él desde el principio, es mucho más fácil que os entendáis cuando esté fuera, porque has estado comunicándote con él todo este tiempo, y no hay sorpresas entre vosotros.

Así que aprovecho para dar las gracias por encontrarme con hebamme y con sus maravillosas acompañantes, mi centro de la salud para la mujer, del que sigo siendo usuaria y que hizo que mi embarazo fuera más especial aún.  Y de paso para mandar un fuerte abrazo a todas esas sabias mamis que comparten este espacio conmigo y con Mateo.

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1 Comment

  1. Reply

    físico y mental, los cambios son enormes en ambos sentidos y sabes lo mucho que me alegro por tí por haber encontrado esa conexión!! debemos cuidarnos, debemos ser madres y debemos ser mujeres porque cuánto mejor mujeres seamos, mejores madres llegaremos a ser! Love you pequeño maremoto!!

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