Elegir una mascota
Desde hace ya casi un año mis hijos nos pedían una mascota, en ocasiones insistentemente pero pensamos que aún no estaban preparados. De todas formas, los animales domésticos pueden ser un elemento importante para el desarrollo el niño y antes de decir que no barajamos varias posibilidades.
Se debe elegir una mascota que se adapte al modo de vida familiar y a las condiciones del hogar. Los adultos han de ser conscientes de que los niños tienen sus limitaciones y que sólo podrán asumir responsabilidades de forma progresiva por lo que la elección final debe ser de los padres y debe ser una mascota con la que se sientan en sintonía. Descartamos a los perros inmediatamente a pesar de ser sus favoritos, requieren una atención y un espacio que no les podemos dar. Veíamos imposible coordinar el tema de los paseos. Pensamos en una tortuga, ya habíamos tenido una, pero no son “cariñosas”, nunca van a salir a recibirte a la puerta y creemos que la interacción con la mascota es necesaria para que se impliquen en su cuidado. ¿Pájaros? Demasiado frágiles y ensucian mucho. Los jerbos iban ganando, nos regalaban una pareja pero, no lo puedo evitar, esa cola larga me daba un asco terrible.
Finalmente dejamos apartado el tema por un tiempo con la promesa de tener un pato en verano. Siempre nos vamos de vacaciones a una pequeña aldea en el Norte en la que estamos rodeados de todo tipo de fauna. «Plátano» iba a ser su nombre. Pero en una escapada de fin de semana nos ofrecieron hacernos cargo de un pequeño gato durante unos días hasta que una familia lo adoptara y no pudimos resistirnos. Mala idea, sin saberlo habían tomado la decisión por nosotros.
«Princesa», que así se llama la gata, es sólo un bebé de tres meses. Al ser un cachorro necesita tiempo y paciencia para entender nuestras órdenes y a veces eso nos desespera. Tener a Princesa ha ayudado a los niños a comprender que los otros también tienen necesidades, han desarrollado un cierto sentido de la responsabilidad pero sobre todo, su respeto hacia los animales es mucho mayor. Aunque al principio era el nuevo juguete, dejamos muy claro que Princesa es un ser vivo al que hay que respetar y que necesita cuidados.
Un gato puede ser muy cariñoso y buscar constantemente la compañía de su dueño, pero son animales con los que hay que tener un trato suave y respetuoso. Se les puede acariciar, se puede jugar con ellos, pero respetando siempre sus apetencias. Si un niño pequeño lo sujeta de modo que le molesta el gato puede arañarle al intentar zafarse y no hay que olvidar que jugando a veces sacan sus uñas. Como es aún un bebé intentamos amaestrarla bien y educar a los niños para que no la molesten cuando el animal está comiendo o durmiendo. El mayor riesgo de una mordedura o de un arañazo es la infección de la herida y el contagio de infecciones. Es muy importante tener al animal muy bien vacunado y llevarlo regularmente al veterinario y ese es un gasto importante que hay que tener en cuenta a priori.
Como dijo el psicólogo infantil Dieter Krowatschek, «todos los niños deberían tener dos cosas: un perro y una madre que les deje tener un perro» (o padre, claro). Pero no debemos olvidar que un animal no es un capricho pasajero, ni un juguete para los niños; son seres vivos que necesitan que les alimenten, les bañen, les cuiden, y les quieran.
Esther Fernández
Ay Susana, ¡qué tema más complicado! Estoy segura que nos llegará el día en que Emma pida su mascota y me da un miedo… Aprender que es una responsabilidad y no sólo un juguete tiene que ser muy difícil. Además, por supuesto, de que tener en casa un animal que ensucie, por limpios que sean.. Veo que vosotros razonasteis muy coherentemente a pesar de Princesa os llegó por casualidad.
Por otro lado a Emma le «aterran» los perros y es algo que me da muchísima pena.
En fin, veremos qué ocurre en nuestro caso / casa.
Muchas gracias por tu post